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Hasta que llegó su hora (1968)

Hasta que llegó su hora (1968) Tít. orig.: C'era una volta il west Dir.: Sergio Leone Gui.: Sergio Leone, Sergio Donati, Bernardo Bertolucci, Dario Argento Mús.: Ennio Morricone Int.: Claudia Cardinale, Charles Bronson, Henry Fonda, Jason Robards Dur.: 175 min.

Sergio Leone es uno de mis directores favoritos y Hasta que llegó su hora es una de mis películas favoritas, y me gustaría hacer un post que cuando lo leyera alguien que no haya visto la película sintiera al instante un deseo irrefrenable de verla pero, como me conozco y sé que es hablar de esta peli y empezar a flipármelo, pues lo que voy a hacer es un fanpost de quinceañera histérica. ¡OH, DIOS MÍO, ES SERGIO LEONE! ¡HAZME UN PRIMER PLANO!

Después de El bueno, el feo, el malo (Il buono, il brutto, il cattivo, 1966) y con la trilogía del dólar acabada, Leone había adquirido cierto prestigio que le permitiría hacer una película con financiación americana, incluso rodando algunas escenas en suelo americano y con la posibilidad de contratar actores que anteriormente no había podido.

Leone tenía la sensación de haberlo hecho todo en el western y quería adaptar la novela The hoods de Harry Grey, una historia sobre la mafia que vería la luz 16 años después bajo el título Érase una vez en América (Once upon a time in America, 1984). Sin embargo, Paramount tenía otros planes. Estaban dispuestos a financiar el proyecto de The hoods, pero primero querían otro western. Leone tuvo entonces la idea de hacer una nueva trilogía sobre tres momentos muy concretos de la historia americana: el western que le pedían (Hasta que llegó su hora, 1968), una película sobre la revolución (Giù la testa, 1971) y una historia sobre la mafia (Érase una vez en América).

Leone se puso manos a la obra y escribió una primera historia con la ayuda de Bernardo Bertolucci y Dario Argento. Juntos hicieron un borrador que era en cierto modo un homenaje a los western que los tres admiraban pero a la vez una crítica a ciertos aspectos de aquellas películas con las que habían crecido, especialmente esa imagen de que cada personaje hace lo que debe. El guion, un western muy reflexivo y pausado, tenía más de 3 horas y apenas contaba con 15 páginas de diálogos pero los márgenes se fueron llenando de anotaciones sobre colocación y movimientos de cámara. Una vez que se empezó a rodar Leone se dio cuenta de que la película tenía una cadencia y un ritmo muy lentos y le asustó que pudiera resultar excesivamente largo. Por esto, llamó a Sergio Donati y juntos recortaron más de veinte minutos de metraje. Es por esto, que la muerte de Morton y el tiro que recibe Cheyenne se nos cuentan pero no llegan a verse, y por esto también se ve que Bronson tiene una cicatriz durante toda la película que nunca llega a explicarse, ya que después de la escena inicial recibía una paliza que fue eliminada del montaje final.

Una de las primeras cosas que hizo Leone fue encargar la música a Ennio Morricone que creó cuatro piezas diferentes para los cuatro personajes principales del film. No sé cómo explicar la importancia del sonido en esta película pero es fundamental ya que muchas partes del film están construidas en torno a la música y no al revés y la música se vuelve un elemento enigmático, por ejemplo en ese plano en el que Henry Fonda cabalga hacia el tren al ritmo de la música.

La fantástica escena inicial de más de 11 minutos tuvo algunos problemas de sonido ya que Morricone y Leone no estaban contentos con la integración de la música en la misma. Tras ver un concierto de un músico independiente Morricone tuvo la idea de sustituir la música por sonidos naturales amplificados, creando una banda sonora con un telégrafo, unas gotas de agua, el chirriar de un molino y el zumbido de una mosca, elementos todos que parecen un personaje más de la escena.

Por ahondar más en esta escena, es conocida la anécdota (yo creo que nadie sabe realmente si es verdad o no) que dice que Leone llamó Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee van Cleef (el bueno, el feo y el malo) para participar en el film, los cuáles se mostraron entusiasmados con la idea, hasta que Leone les dijo que morirían en los 5 primeros minutos. Por lo visto, a Eastwood no le hizo especial gracia la idea y finalmente se decantaron por Woody Strode, Jack Elam y Al Mulock.

En cuanto a los protagonistas es otro acierto de Leone en su elección y mérito también suyo en la dirección ya que Leone es un director que da mucha importancia a los actores y permite que aporten sus propias ideas.

Una cosa que Leone tenía clara es que quería contar con Henry Fonda. Quería que ese tipo de ojos azules que todo el mundo asociaba con el bueno de la peli fuera el malo. Parecía una idea descabellada y el propio Fonda no terminaba de verse en el papel, así que fue a ver a un oftalmólogo que le hizo unas lentillas marrones, se dejó bigote y un poco de perilla y se presentó ante Leone que en cuanto le vio le dijo que se quitara todo eso. La primera aparición de Fonda en la masacre en casa de McBain con el maravilloso travelling alrededor suyo y ese primer plano de su cara es, sin duda, una de las mayores bromas de la historia del cine y a la vez uno de los mayores aciertos de casting.

Los otros pesos pesados de la película son Charles Bronson, un tipo que siempre me ha parecido un actorazo y que aquí esta insuperable, Jason Robards, otro actorazo y que posiblemente es el que mejor está en todo el film, y Claudia Cardinale, que nunca estuvo más guapa que aquí, figura clave del film, el personaje en torno al que gira todo y, por primera vez en un western, una mujer que tiene un papel verdaderamente importante. Aunque todos están impresionantes, Charles Bronson es mi favorito. Siempre se ha dicho que el papel le fue ofrecido primero a James Coburn y a Clint Eastwood pero yo no me imagino a nadie más interpretando a Armónica.

Hasta que llegó su hora es una película sobre cambios, unos cambios que llegan a ritmo de ferrocarril y que cada uno de los personajes afrontará a su manera. Los hay que se adaptarán sin problema, los que hay que intentaran adaptarse y descubrirán que en el fondo no están preparados para ello y los hay que aceptaran sin problemas el hecho de quedarse anclados en el tiempo.

Leone era un perfeccionista y eso se ve en los cuidadísimos detalles. Rueda con muchísima luz y con una amplitud de campo enorme que le permite colocarnos un primer plano en pantalla al mismo tiempo que apreciamos los preciosos paisajes de Almería y el Monument Valley, como cuando en la escena inicial vemos el rostro de Al Mulock a la vez que el tren entrando en la estación. Además, todos los planos están estudiadísimos y prácticamente en cada escena encontramos bellísimos movimientos de cámara como el travelling alrededor de Fonda que ya he comentado o la llegada de Claudia Cardinale a la estación y la subida de la cámara en la grúa.

Ojalá pudiera explicaros lo que siento al ver esta película, pero me imagino que vosotros lo sentís también con otras (o con esta misma). Son esas películas que has visto decenas de veces y sabes que volverás a verlas decenas de veces más y no te aburrirás nunca de ellas, esas que conoces cada detalle, cada frase, y aún así te vuelves a emocionar, esas que desearías que siempre que las ves fuera la primera vez. Las verdaderas obras maestras del cine.

14 comentarios:

  1. Sólo por la secuencia inicial esta peli ya sería una obra maestra, pero es que el resto es soberbio! Si recuerdas el documental incluído en el DVD/Blu-ray, me encanta cuando cuentan cómo Leone iba paseando por los paisajes dónde tenía intención rodar diciendo: aquí rodaron Rio Bravo, aqui rodaron Centauros del desierto, etc.

    Hay que preguntarse también sobre lo que cortaron, con Leone empeñado en ser el David Lean italiano con el ritmo de Akira Kurosawa, sus películas se iban haciendo progresivamente más largas, y hay una secuencia un poco extraña entre Cardinale y Fonda que no se sabe si es un sueño o real, pero no encaja con nada de lo anterior o posterior, así que seguramente debió ser más larga en algún momento (aunque con los diferentes cortes y mutilaciones que sufrió nunca se sabrá).

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    1. También es uno de los momentos que más me gustó de los extras. Y es que el tío no sólo sabía qué habían rodado en cada sitio sino dónde habían colocado la cámara. Y la secuencia inicial es una obra de arte absoluta.

      Me gustaría ver alguna vez un montaje completo, con todo lo que se quitó, porque es cierto que hay partes que resultan inconexas o que directamente te dan la sensación de que falta algo. Y a pesar de todo es alucinante.

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  2. Me gustan mucho los fotogramas que has elegido para el post, Einer...muy bien elegidos. La tengo pendiente hace mucho tiempo. Sergio Leone no es de los directores quemás conozco, así que... ya te contaré cuando la vea. Un abrazo. Buen post.

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    1. No es mérito mío, Marcos, cualquier imagen que hubiera cogido sería impactante porque es una verdadera obra maestra de Leone. Te recomiendo que le des prioridad y si ves los primeros 12 minutos seguro que ya no puedes parar hasta la el final. Además, la edición en Bluray está muy bien.
      Un saludo.

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  3. La escena inicial con Jack Elam y la mosca impertinente es absolutamente genial. Creo que pocas veces una película ha estado tan ligada a su banda sonora; no se comprende una sin la otra. Saludos. Borgo.

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    1. Jack Elam y la mosca darían para hablar a fondo: moscas verdaderas, moscas falsas, Elam embadurnado de miel,... Secuencia complicada.

      En general la música es muy importante en el cine de Leone, pero aquí hay una conexión especial.

      Saludos.

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  4. La escena de Claudia Cardinale, entrando en la estación y esa cámara que va subiendo con esa música fantástica y nos ofrece lo que hay al otro lado es absolutamente genial.

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    1. Pues es uno de mis planos favoritos. Una escena que llevó muchas horas rodar no por el movimiento de cámara sino por la coordinación de todos los elementos de Flagstaff.

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  5. Esta película es cine en estado puro. Ya hablé de ella en mi blog, y poco más tengo que añadir, sólo volver a decir que es una obra maestra.

    Eso sí, admito que la primera vez que la vi me decepcionó.
    Yo estaba iniciándome en esto del cine, y la única película de Leone que había visto era El bueno, el feo y el malo, de modo que cuando me puse Hasta que llegó su hora, pensé que sería el mismo festín de ritmo y tiros, pero nada más lejos de la realidad.
    Pero desde aquella decepción la he visto varias veces, y con cada visionado me gusta más.

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    1. Me he pasado ahora a verlo porque creo que de aquellas no conocía tu blog y coincidimos en todo.

      Yo también esperaba algo diferente la primera vez que la vi. No fue decepción pero me dejó una sensación rara. De todas formas, El bueno, el feo, el malo me parece incluso mejor que esta y Érase una vez en América... por ahí anda. Me cuesta mucho elegir con Leone porque es un genio, pero es que tampoco hace falta elegir.

      Para mí también gana con cada visionado.

      Un saludo.

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  6. Tuvo que venir un italiano para enseñarle a los yanquis como se hacía un buen Western.
    Hasta que llegó su hora es un peliculón como la copa de un pino, lástima que los listos de turno la recortaran para el estreno USA y acabaran por retirarla al cabo de poco tiempo. Los ejecutivos siempre peleados con el arte, lo mismo hiciero con otra peli de gran calidad como La balada de Cable Hogue.

    Muy buen trabajo, como siempre, Einer.

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    1. A recordárselo, por lo menos. La revista Time publicó una crítica en su momento titulada Tedium in the tumbleweed, lo que nosotros traduciríamos como Aburre a los cactus. Pero, si vieron una copia mutilada, ¿cómo podían opinar?

      La balada de Cable Hogue -inevitable la comparación con esta- la comenté hace mucho en el blog, pero es un film que no me acabó de convencer a pesar de Peckinpah, de Robards y de Stella Stevens.

      Un saludo.

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  7. Joer, Einer, Bertolucci y Argento, menuda mezcla Dios santo… y qué hacían estos dos juntos?

    Qué bien hacía las bandas sonoras Morricone de estas pelis. Genial.
    Muy buena esa transgresión de tío con ojos azule malo. Es como decir el negro es el bueno de la peli y no es el primero en morir como suele suceder, morirá el blanco mejor… Muy simpático lo de las lentillas y el bigote de Fonda jaja

    A mí el spaghetti western es un género que me gusta, me parece original la forma de retratar ese mundo, muy diferente al western clásico. De cualquier forma me convence más por lo general el western clásico que el spaghetti, aunque hay excepciones en las que es al contrario. Yo, por ejemplo, prefiero El jinete pálido que Raíces profundas, aunque esta última me parezca también una maravilla. Y eso que El jinete pálido tiene una mezcla de western clásico con spaghetti, como Sin perdón, sólo que en Sin perdón lo clásico es más destacable, creo yo.

    Bueno, pues ni vi Hasta que llegó su hora ni Érase una vez en América, aunque no te lo creas. No sé, a veces ocurre que dejas clásicos o pelis de este tipo para más adelante y no consigues ponerte con ellas. Espero hacerlo cuanto antes.

    Un saludo, Einer. Muy buena entrada.

    PD: por cierto, el otro día vi una peli de la que habías hablado en tu blog: El luchador invisible. De tan exagerada que es y mal hecha que está, a mi modo de ver (es como si se hubiese sacado de una tienda de souvenirs chinos), me hizo su gracia y me divirtió de una forma rara.

    Hasta otra, Einer.

    Joer, no acabo: me gusta el formato de entradas de comentarios nuevos que has puesto. Te queda muy chulo.

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    1. Bertolucci estaba en el cine viendo una peli de Leone por enésima vez y Leone que estaba en la sala de proyección le tenía ya fichado. Dario Argento en aquella época era crítico de cine de un periódico y estaba también en la sala. Leone les llamó a la sala de proyección, hablaron y decidieron colaborar juntos. Cosas de la vida.

      Con lo de darle la vuelta al rol habitual va más allá ya que uno de los malos del comienzo es Woody Strode que hacía tradicionalmente papeles de bueno.

      En cuanto a El jinete pálido creo que ya sabes que en este blog no se permite la entrada a quien no se arrodille ante ella. ;D

      Hasta que llegó su hora y Érase una vez en América las considero dos absolutas obras maestras, pero hay que verlas con calma ya que son muy largas. Y entre medias ¡Agáchate, maldito! para completar la trilogía. Cuando decidas verlas espero que te gusten.

      Joooooooder, El luchador invisible... No me digas que es cutre que me encanta, ja, ja. Ese final ultragore con los dientes volando,... XD Imposible no echarse unas risas. El cine de artes marciales es que es todo un submundo.

      Lo de los comentarios me alegra que te guste aunque no termina de cuadrar, pero es cosa de Blogger.

      Un saludo.

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