Desafío total (1990)

Desafío total (1990) Tít. orig.: Total recall Dir.: Paul Verhoeven Gui.: Ron Shusett, Dan O'Bannon y Gary Goldman Mús.: Gary Goldsmith Ef. vis.: Rob Bottin, Eric Brevig, Tim McGovern, Alex Funke Int.: Arnold Schwarzenegger, Sharon Stone, Michael Ironside, Rachel Ticotin, Ronny Cox Dur.: 109 min.

Hace ya casi un año escribí un artículo sobre el cyberpunk; algo que pretendía ser una pequeña introducción a este subgénero y que podéis leer aquí. En aquel artículo había una ausencia tremenda (había muchas pero esta era la más importante para mí): Paul Verhoeven. Pues bien, nada mejor que comenzar el año saldando una cuenta pendiente revisando la que para mí es la mejor película del holandés: Desafío total.

Desafío total es una obra maestra, así de simple. Una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia y que tuvo una génesis muy complicada a lo largo de más de diez años en los que bien pudo haber caído en el olvido.

En 1966 Philip K. Dick publicó un relato corto titulado We can remember it for you wholesale. A partir de este relato, Dan O’Bannon (que escribió el guión de Alien [Alien, Ridley Scott, 1979] y dirigió la buenísima El regreso de los muertos vivientes [The return of the living dead, Dan O'Bannon, 1985]) y Ronald Shusett elaboraron un guión que empezó a dar vueltas por Hollywood. Todos lo querían pero todos lo rechazaban diciendo que sería demasiado caro hacerlo.

Finalmente fue Dino de Laurentiis quien se hizo con él. Contrató a David Cronenberg para que la dirigiera y, a pesar de saber que el director canadiense quería a William Hurt para el papel principal, contrató a Richard Dreyfuss. Los continuos problemas y puntos de vista diferentes hicieron que David Cronenberg finalmente abandonara el proyecto.

Trabajé durante un año en el guión e hice 12 borradores. Al final llegamos a un punto en el que Shusett me dijo: ¿Sabes lo que has hecho? ¿Has hecho la versión de Philip K. Dick? Yo le dije: ¿No se supone que es eso lo que estamos haciendo? Y Shusett añadió: No, no, lo que queremos hacer es En busca del arca perdida en Marte.

El director canadiense, que nunca había estado interesado en darle a la película una visión tecnológica ni de acción ni de aventuras, sino que pretendía centrarse en la visión humana, dimitió.

En ese momento Arnold Schwarzenegger se ofreció a Dino de Laurentiis para trabajar en el film y Laurentiis le dijo: «Nunca trabajarás en esta película».

Otra cosa que atormentaba a Dino, aparte de que Arnold no participara en el film, era el hecho de que Marte se hiciera al final con el aire. Simplemente no le gustaba. Se hartaron de decirle que no tocara nada, que era un final perfecto, que tenían una gran historia con un gran final,... Un día, Ron Shusett le dijo que por qué no le enseñaba el guión a otro director a ver qué le parecía. Dino le dio el guión a Bruce Beresford y le dijo que quería cambiar el final, que no le gustaba. Bruce Beresford le dijo con total franqueza: «Dino, eres idiota. El final es perfecto». Dino llamó a Shusett y le dijo: «Tenías razón. Recoge tus cosas, nos vamos a Australia». El proceso de preproducción comenzó con Patryck Swayze a la cabeza y duró un año, lo que tardó la empresa de Dino en quebrar.

Con el proyecto definitivamente cerrado, Schwarzenegger vio su oportunidad. El Chuache había leído el guión hacía cuatro años y le encantaba (Schwarzenegger siempre ha sabido elegir muy bien los guiones) así que llamo a Mario Kassar y le dijo: «Este es el guión que tienes que comprar para mí». A las pocas horas ya era suyo y la elección del director corría también a su cargo. No había duda, el elegido sería Paul Verhoeven, con el que Schwarzenegger había querido trabajar desde que en el 87 hiciera Robocop. El holandés se trajo el mismo equipo técnico y artístico de su anterior trabajo, destacando William Sandell en el diseño de los decorados y Rob Bottin en el maquillaje y efectos visuales, que hizo un trabajo extraordinario.

En la película nunca se menciona, pero según las carátulas de los VHS de la época, la acción se desarrolla en el año 2084. Douglas Quaid (Arnold Schwarzenegger) es un hombre que vive obsesionado con viajar a Marte y que, ante la imposibilidad de lograrlo, acude a una empresa llamada Memory Call a que le implanten unos recuerdos de unas vacaciones en el planeta rojo bajo la identidad de un agente secreto que se verá envuelto en una conspiración en la que tendrá que librar a Marte del tirano Cohaagen.

Película de acción, sin lugar a dudas, pero que por primera vez ofrecía una historia de ciencia ficción muy bien elaborada y con un final digno, apoyada siempre sobre la duda de no saber si realmente se trata de los recuerdos de Quaid o es que efectivamente es un agente secreto. La idea principal del relato de Philip Dick se mantiene durante toda la cinta: ¿Qué es real? ¿Cómo podríamos saber si lo que creemos real no es sólo el producto de nuestra mente o de la mente de otro? Esta idea que acompaña a la trama se enfatiza en escenas sublimes como aquella en la que un empleado de Memory Call aparece en "el sueño" de Quaid para explicarle que eso no es real y tratar de convercerle de que para volver a la realidad tiene que tomar una pastilla que le dormirá dentro de su sueño. La resolución de la escena es memorable con la gota de sudor que delata al supuesto empleado.

La película fue calificada como X por su explícita violencia aunque, después de suavizar un poco algunas escenas, fue rebajada a R. Es verdad que es muy violenta, pero el objetivo de Verhoeven era precisamente mostrar lo horrible de la violencia. Acercar la película a un plano más real suponía decirle al espectador: No tengas dudas. Es real, no ficción. ¿No ves cómo muere la gente? Era una forma de implicar a la gente en la trama y hacerles dudar desde el primer momento de qué era real y qué no lo era.

En cuanto al plano visual de la película, creo que es muy difícilmente mejorable. Los efectos especiales son brillantísimos y artesanales. La creación de los mutantes que hicieron Rob Bottin y su equipo eran inmejorables con las técnicas de la época y a día de hoy siguen impresionando. De entre todos, destaca la creación de Kuato, el mutante que salía del vientre de George y que necesitaba 15 personas para manejarlo. Su aspecto era tan realista que algunas personas le preguntaron a Verhoeven si se trataba de unos siameses mal formados.

Podríamos hablar largo y tendido de unos efectos especiales que eran la cúspide de lo logrado hasta ese momento en el cine, pero hay algo que lo resume muy fácil: Oscar especial a los mejores efectos visuales. La Academia decidió que los efectos visuales de Desafío total tenían tanto mérito que no merecía la pena nominar a nadie más y se anunció con anterioridad que serían los ganadores.

Creo que hay muy pocas películas que me hayan dejado grabadas tantas escenas y tantas imágenes en la memoria: La visita a Memory Call, la persecución en el metro, la pelea entre Schwarzenegger y Sharon Stone (que está más guapa que nunca), los viajes en el Johnny-Taxi, Schwarzenegger con la toalla en la cabeza a modo de turbante y la posterior extracción del chip, su llegada a Marte con la apariencia de la mujer gorda, las primeras imágenes de los mutantes, la mujer con tres tetas, la aparición de Kuato, la escena en la que Quaid mata a su mujer y dice: «Considérate divorciada»,…

Desafío total nos deja finalmente con la duda de si todo era real y Quaid realmente era un espía internacional llamado Hauser o si no era más que un recuerdo de Memory Call y Quaid es simplemente Quaid, un trabajador de la construcción. A mí me gusta más la idea de que sea un sueño pero eso implicaría que, al menos buena parte de lo que sucede en Memory Call es ya parte del sueño, ya que en el programa de carga aparecen imágenes que después Quaid se encuentra en Marte e incluso la chica que elige es la misma con la que ya había soñado.

Termino diciendo que éste es un peliculón de principio a fin, ya que los créditos del comienzo con la sintonía que creó Goldsmith son una maravilla y el fundido en blanco final en lugar del tradicional negro es muy sugerente y todo un acierto.

Este año se estrenará un remake escrito por Kurt Wimmer, el guionista y director de Equilibrium, y que contará con gran presupuesto, pero de verdad que no entiendo qué necesidad hay de hacer una nueva versión de una película que es insuperable.