Avatar (2009) Tít. orig.: Avatar Dir.: James Cameron Gui.: James Cameron Int.: Sam Worthington, Zoe Saldana, Sigourney Weaver, Stephen Lang, Michelle Rodríguez. Dur.: 162 min.
Como ya expliqué en la reseña de 2012 (2012, Roland Emmerich, 2009), no soy muy aficionado a las películas que son todo efectos especiales, pero sí soy fan de James Cameron, así que no podía resistirme a ver lo que se ha venido a llamar "la obra que cambiará el cine". Tampoco me hace mucha gracia el 3D, quiero decir, mola, pero vamos, que ya me está rayando un poco que ahora todo sea en 3D, porque, francamente, hay películas que da lo mismo verlas en 3D que no. Yo creo que la mejor aplicación que se le podría dar al 3D es en el cine porno. Tranquilos que todo llegará.
Pero vayamos al grano: Avatar me ha encantado. Dura casi tres horas y se me ha pasado en un ratito, y no sé si será que he cambiado de cine, pero es la primera vez que no me he encontrado con un 3D mareante (a mí me resulta especialmente molesto cuando miro a los lados de la pantalla) sino que a medida que avanza la película, es como si se diluyera, como si desapareciera, pero sigue ahí. Increíble. Desde luego no es el típico 3D que te pasas la película esquivando cosas, que a mi es el que me parece que da más juego, pero está realmente bien.
Una cosa que me ha llamado mucho la atención es lo radical que se ha puesto la gente con esta película: O es la hostia o es una mierda. Pues ni lo uno ni lo otro. Lo siento por Cameron, pero sigue teniendo películas mejores, aunque desde luego, no es ninguna mierda Avatar. Respecto a lo de que esta obra va a cambiar el cine, lamentablemente, creo que así es. Cuando hace un mes vi 2012 me quede asombrado de lo que habían conseguido en cuanto a efectos especiales. Ha pasado un mes y ya está desfasada con Avatar. El problema de este cine, al menos en mi forma de verlo, es que evoluciona hacia el cine que menos me gusta, un cine efectista que prescinde de actores y de historias en pos de la espectacularidad. Porque no nos engañemos, eso es precisamente Avatar. Historia sencillita, actores pocos y típicos (quiero decir, el malo es muy malo, y el bueno, muy bueno) y efectos especiales en cantidades industriales.
Como digo, la historia no es nada del otro mundo ni nada que no se haya visto ya mil veces, pero la intención de Cameron es crear un mundo nuevo y ofrecernos la posibilidad de visitarlo. Prácticamente la primera hora de película es un documental sobre Pandora, cosa que no me desagrada en absoluto. La vegetación, que parece sacada de un documental del fondo del mar, me ha parecido de lo más original, no así los animales: ponerles cuatro ojos, seis patas y darles un aspecto prehistórico, pues no es el colmo de la imaginación. Los Na’vi tampoco es que sean realmente sorprendentes. No es que yo haya visto mucha gente de tres metros, color azul y nariz de gato, pero sus costumbres son una mezcla entre la cultura de los nativos americanos y de las tribus africanas. A pesar de ello, la primera parte de la película me parece muy interesante.
En la segunda parte, que es en la que nos metemos un poco más en harina y llegan las secuencias más espectaculares, Cameron demuestra que es un maestro de la cámara y que las escenas de acción son su especialidad. Para mí, es uno de los mejores directores que hay hoy en día y, a diferencia de lo que algunos piensan, no me parece que esté sobrevalorado.
Eso sí, en algunos momentos, tuve la sensación de que Cameron quería crear un universo similar al de Star Wars, del que es admirador confeso, y en mi opinión no lo consigue. Y no lo consigue porque quiere mostrarnos demasiadas cosas en una película, cuando a Star Wars le ha costado seis películas y ni se sabe cuántas cosas más de merchandising el conseguirlo. Por supuesto, Avatar huele a trilogía (o a algo más), pero eso, el tiempo lo dirá. Lo que si sabemos ya, es que James Cameron pretende estrenar en 2.010 en los cines una versión de Titanic en 3D, y es que esta tecnología se ha convertido en su nuevo juguete preferido.
Volviendo a Avatar, he de decir que los actores no me han sorprendido demasiado. Casi todos están correctos, sólo eso. La verdad es que no es una peli para que se luzcan los actores, es una peli para que se luzcan los que han trabajado durante meses en postproducción. Seguro que los actores lo han grabado todo hace meses sobre un croma verde y ni sabían de qué coño iba la película hasta que se vieron en el estreno.
Por supuesto, los efectos especiales son perfectos. Es en lo que se han gastado casi toda la pasta y se nota. Los Na’vi están perfectamente hechos y, desde luego, no da la sensación de que se haya hecho nada con ordenador. Hay quien compara la batalla final de Avatar con la batalla final de El retorno del rey (The Lord of the rings: The return of the King, Peter Jackson, 2003). Yo creo que en este aspecto El retorno del rey sale ganando; por supuesto, hay algunas cosas en las que se nota el uso del CGI, pero seguro que dentro de diez años miraremos Avatar y nos daremos cuenta de cosas que ahora mismo no reconocemos.
Me pregunto si el uso de los ordenadores no acabará algún día con los actores de verdad. En cualquier caso, mientras ese día llega o no, vayan a ver Avatar porque merece la pena.
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