Lo que el viento se llevó (1939) Tít. orig.: Gone with the wind Dir.: Victor Fleming Gui.: Sydney Howard (novela de Margaret Mitchell) Int.: Clark Gable, Vivien Leigh, Leslie Howard, Olivia de Havilland, Hattie McDaniel
El 15 de diciembre de 1939 se estrenaba en Atlanta una de las mejores películas de la historia del cine: Lo que el viento se llevó.
El mérito de haber realizado está gran obra –que en su momento fue la más costosa y larga realizada hasta la fecha- se lo debemos al productor David O. Selznick que fue quizás la persona que más empeño puso en la realización de esta obra. Por supuesto, no podemos olvidarnos de la escritora de la novela Margaret Mitchell, que ganó el premio Pulitzer por ella.
Selznick compró los derechos de la novela un mes después de su publicación por 50.000 dólares, cifra enorme para la época y que echó para atrás a varios estudios incluyendo a la Metro-Goldwyn-Meyer. Sin embargo, logró recaudar 400 millones (actualizando la inflación) con un coste final de 4,25 millones.
Sydney Howard se encargó de adaptar las más de 1.000 páginas de la novela en un guión que en su primera versión duraba seis horas. Finalmente fue reducido y se quedó en “sólo” cuatro horas. Howard obtuvo el Oscar al mejor guión aunque trabajaron en él hasta 15 guionistas.
En cuanto a la dirección, hubo numerosos problemas que se tradujeron en cinco directores: Reeves Eason, Sam Wood, William Cameron Menzies, George Cukor y Victor Fleming. Este último es el único que aparece acreditado en los títulos de crédito. Se dice que el director de la película iba a ser George Cukor, reconocido homosexual, pero Clark Gable se sentía incomodo porque Cukor conocía secretos de su pasado y forzó su salida. En cualquier caso, parece que el verdadero director en la sombra fue el propio Selznick.
El reparto estaba encabezado por Vivien Leigh y Clark Gable y secundado por grandes actores como Leslie Howard, Olivia de Havilland, Thomas Mitchell y Hattie McDaniel. Para la elección de la actriz que interpretaría a Scarlett se realizó un casting al que se presentaron 1.400 candidatas. Grandes actrices de la época como Joan Crawford, Barbara Stanwick o Paulette Godard se ofrecieron para el papel que finalmente recayó en la británica Vivien Leigh, curiosamente representada por el hermano de Selznick, Myron Selznick. Se dice que antes de realizar el casting la actriz Vivien Leigh ya había sido escogida por Selznick y que la prueba no fue más que una brillante obra publicitaria por parte del productor.
El papel de Rhett Butler no tuvo tantos problemas. Desde que se publicó la obra, Selznick empezó a recibir cartas sugiriéndole la contratación de Clark Gable, que finalmente fue el elegido, a pesar de que tenía un contrato con la Metro.
La película está ambientada en el siglo XIX y narra la vida de Scarlett O’Hara, una joven caprichosa y adinerada que vive en el sur de los Estados Unidos rodeada de esclavos negros que cumplen sus deseos. Scarlett está enamorada de Ashley Wilkes (Leslie Howard) pero éste está enamorado de la prima de Scarlett, Melanie Hamilton (Olivia de Havilland). La guerra de Secesión está a punto de estallar y los sureños se muestran animados por entrar en combate. Todos, salvo uno: Rhett Butler. Butler sólo mira por sí mismo y lo que más le interesa es conseguir a Scarlett, a la que acaba de conocer y de la que acaba de enamorarse. El resto de la película mostrará la evolución de Scarlett con el paso de los años, su ambición por conseguir lo que se propone y cómo Rhett sigue queriéndola a pesar de que ella nunca olvida a Ashley.
Existen muchas frases que se han hecho famosas de esta película como la de "A Dios pongo por testigo que nunca volveré a pasar hambre”, pero la más famosa es la de “Francamente, querida, me importa un bledo”, que fue elegida la mejor frase de la historia del cine según el AFI por delante de “Voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar” de El Padrino.
Esta frase se hizo famosa porque la versión original (“Frankly, my dear, I don’t give a damn”) contenía la palabra “damn” que era malsonante en la época. La censura estuvo a punto de cambiarla pero al final se incorporó una enmienda en el Código de producción para permitirla, según algunos, previo pago de 5.000 dólares por cuenta de David O. Selznick. En España, la censura sí que actuó y lo que se tenía que haber traducido como “Francamente, querida, me importa un bledo” se quedó en “Francamente, querida, eso no me importa”. En contra de lo que algunos piensan, ésta no es la última frase de la película sino que es ésta: “¡Después de todo, mañana será otro día!"(“After all, tomorrow is another day!”)pronunciada por Scarlett O’Hara.
Lo que el viento se llevó se tardó en rodar 140 días, desde el 26 de enero al 1 de junio, aunque ya llevaba dos años en preproducción en los que, entre otras cosas, estaban eligiendo a la actriz idónea para el papel de Scarlett. Esto llevó tanto tiempo, que se decidió comenzar a grabar algunas escenas sin la protagonista. Por ello, en la escena de la quema de Atlanta, -en la que se queman algunos escenarios de King Kong (King Kong, Ernest B. Shoedshack y Merian C. Cooper, 1933) de la que Selznick había sido productor- Scarlett lleva la cara tapada al huir en el coche de caballos con Rhett porque en realidad era una doble y no Vivien Leigh.
Sorprendió enormemente que Clark Gable no ganara el Óscar en la categoría de mejor actor que recayó en Robert Donat por Adiós Mr. Chips (Goodbye, Mr. Chips, Sam Wood). También sorprendió que Olivia de Havilland tampoco lo hiciera a la mejor actriz secundaria ya que el premio se lo arrebató su compañera Hattie McDaniel, que interpretaba el papel de Mammy y que se convirtió en la primera ganadora de un Óscar de raza negra. Entre los ocho Oscars que ganó la película (dos más honorifícos), están los de mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor actriz secundaria y mejor guión.
Una película imprescindible. No en vano, ganó el Oscar a la mejor película en el mejor año de la historia del cine, 1939, en el que se rodaron títulos como Caballero sin espada (Mr. Smith goes to Washington, Frank Capra), El mago de Oz (The wizard of Oz, Victor Fleming), Cumbres borrascosas (Wuthering heights, William Wyler), Adiós, Mr. Chips (Goodbye, Mr. Chips, Sam Wood), Gunga Din (Gunga Din, George Stevens), La diligencia (Stagecoach, John Ford), La regla del juego (La règle du jeu, Jean Renoir) y tantas otras. Hay que verla al menos una vez.
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