El Eternauta es una maravillosa historia de ciencia ficción creada por Héctor Germán Oesterheld y dibujada por Francisco Solano López que fue publicada entre 1957 y 1959 en la revista argentina Hora Cero Semanal.
El Eternauta comienza con el propio Oesterheld sentado en su despacho cuando de pronto se materializa frente a él una persona: El Eternauta Juan Salvo. Esto que en principio puede parecer un simple ejercicio de metaficción para dar a la historia un ligero toque de realismo, resultará al final trascendental en el desarrollo de la historia.
Pero no adelantemos acontecimientos. Salvo, sentado ante Oesterheld, relata su historia, la historia de cómo llegó a convertirse en un viajero del espacio y el tiempo. Todo comienza con una misteriosa nevada en Buenos Aires que mata a todo el que toca. Juan se encuentra en su casa junto con su mujer y su hija mientras juega a las cartas con sus amigos Favalli, Lucas y Polski. Pronto descubrirán que están siendo víctimas de una invasión alienígena y que la nevada no es más que un arma de los extraterrestres para eliminar a la mayoría de la población de manera rápida.
Pinchando en las imágenes podéis verlas en grande |
Me gusta mucho lo que comenta Oesterheld de que El Eternauta era su versión de Robinson Crusoe, pero cambiando la soledad del hombre solo rodeado por el mar por la del hombre con familia rodeado por la muerte.
Entre las múltiples virtudes de El Eternauta destacan para mí tres. En primer lugar, y también en palabras de Oesterheld, la no existencia de un héroe individual sino colectivo. Es el pueblo entero (los supervivientes) los que plantan cara al enemigo. Las aparentes ventajas del invasor, como el factor sorpresa o la superioridad de sus armas, tendrán que lidiar con el ingenio de Favalli, el coraje de Franco y, en definitiva, las cualidades personales que cada personaje pondrá al servicio de la causa común llenando la historieta de valores como la amistad, la valentía o el trabajo.
En segundo lugar, me parece todo un acierto que la historia está permanentemente ambientada en lugares reales de Buenos Aires, lo que le da un tono increíblemente realista incluso para los que no conocemos la capital porteña.
Uno de los momentos álgidos de la historia: el asalto al estadio de River Plate |
Y, en tercer lugar —y esto es lo que más me gusta— Salvo y sus amigos nunca sabrán contra qué se enfrentan realmente ya que el verdadero enemigo permanece oculto en la sombra. Tendrán que luchar contra los Manos, unos seres con muchísimos dedos que a su vez controlan a los Cascarudos, una suerte de insectos gigantes, y a los Gurbos, unos seres tan grandes que a su paso la tierra tiembla y los edificios caen, pero todos estos enemigos no son más que marionetas en las manos de la verdadera amenaza: Los Ellos. Pero, ¿quiénes son Los Ellos? Existe en esto un toque perverso y es que en cada página se respira la tensión de que pueda llegar el fin de cualquiera de los personajes sin que llegue realmente a saber quién es el verdadero culpable de su muerte y de la de tantos otros.
Detalle de uno de los Manos |
Durante la dictadura militar argentina (la del 76) la obra de Oesterheld adquirió una nueva dimensión al ver mucha gente un reflejo de lo que estaba pasando en el país, una especie de llamada a la unión del pueblo contra el enemigo oculto. Oesterheld, que había escrito obras con gran carga política (durante la dictadura del 66) como Che o la versión revisada de El Eternauta y El Eternauta II, ambas con dibujo de Breccia, y que pertenecía al grupo guerrillero Montoneros no era bien visto por el régimen y en 1977 fue secuestrado junto con sus 4 hijas pasando a engrosar la larga lista de desaparecidos.
Al margen de su interpretación política, El Eternauta es una obra magnífica de la ciencia ficción, una historia que os aseguro que engancha desde el principio y que concluye con uno de los mejores finales que he leído. El dibujo de Solano López es también brillante —aunque al principio pueda no parecerlo—, recreándose especialmente en los primeros planos de los rostros que logran transmitir todo tipo de sensaciones.
Una obra magnífica que todo el mundo debería leer al menos una vez.
Me sorprende que un cómic así estuviese a la venta con una dictadura vigente en Argentina. Una lástima la "desaparición" del autor.
ResponderEliminarMe han hablado maravillas de este cómic. Desde luego que pinta interesante. A ver si este año me lo leo de una vez... Lástima que ya apenas tenga espacio para comics...
Es sorprendente, sí. Quizás porque fue publicado varios años antes, ya que, por ejemplo, Che fue retirada y los originales fueron secuestrados.
EliminarYo creo que es una obra estupenda y que si te gusta la ciencia ficción te gustará. Ay, el problema del espacio...
Un saludo.
Una hermosa obra.Como bien decís,tiene esa característica especial que le da el hecho de que se desarrolle en lugares conocidos,algo no tan común en las historietas en español de la época.La sensación de peligro inminente cuando la extraña nevada mortal comienza logra una atmósfera especial.
ResponderEliminarHay quien asegura que la evolución del propio Oesterheld corre a la par que la de sus personajes,en especial el protagonista,Juan Salvo.En la segunda parte,muy inferior a la primera,esto se ve en la actitud de Salvo hacia la gente de quien está a cargo: (SPOILER)en la primera parte está dispuesto a todo por salvar a los demás;en la segunda,manda como señuelo a los mayores del grupo,enviándolos directamente a la muerte,en bien del resto de la comunidad.Esto se ve como un paralelismo de la dirigencia montonera,que hacia el final de la guerra sucia tuvo actitudes que no concordaban con su filosofía de los comienzos.
Descubrí este comic de mayor,y me impactó.Hace poco vi en el tren a un chico de unos 11 años,sentado en el suelo del vagón e inmerso completamente en su libro del Eternauta.Cualquier amante de la lecura puede imaginarse la alegría que a alguien le puede llegar a traer una escena así.
Saludos!
Sí, yo creo que se nota en la obra -sobre todo en la segunda parte- la evolución de Oesterheld y los sucesos que estaban pasando. De hecho, su propia mujer le echaba en cara que siendo una persona manifiestamente pacífica se hubiera alineado tan activamente en Montoneros, ya que, al margen de que tuvieran razón o no, que yo creo que la tenían, no dejaba de ser un grupo violento. Y, aunque no soy partidario de la violencia, admiro que Oesterheld defendiera hasta el final sus ideas a costa de su propia vida.
EliminarLo del niño leyendo en el tren es un ejemplo más de cuánto engancha esta obra.
Un saludo, Fanny.
Es una serie de culto en Argentina. Recuerdo la desaparición de Orenheim que tiene dedicada una biblioteca en Buenos Aires. Cuando vivía allí conocí a Francisco Solano en una exposición. Era muy simpático y me dedicó una página original de "El Eternauta". Saludos. Borgo.
ResponderEliminarUna página dedicada por Solano es un elemento de lujo en cualquier colección. Eres una fuente de anécdotas inagotable.
EliminarUn saludo.