Alvaro Vitali nació el 3 de febrero de 1950 en Trastevere, en el corazón de Roma. Siendo apenas un crío ya mostraba interés por el canto y el baile y después de terminar los estudios obligatorios, siendo todavía un adolescente, comienza a trabajar de electricista en un negocio de Trastevere.
En 1969 se presentó para una prueba que organizaba Federico Fellini en el Teatro 5 de Cinecittà y le mandaron bajar una escalera como Wanda Osiris e imitar el sonido de un mirlo y, al terminar, Fellini exclamó: «Contratadlo en seguida. ¡Esto es un actor!». Tras esta prueba, participó en Satyricon de Fellini aunque sin acreditar. Los Clowns (I Clowns, 1971) sería su siguiente colaboración con Fellini, película en la que fue doblado. Un año más tarde trabajaría a las órdenes de Roman Polanski en la comedia ¿Qué? (What?, 1972), en la que no tenía ninguna frase. Después de eso intercaló algunos trabajos también sin acreditar, con más colaboraciones con Fellini, en concreto Roma (Roma, 1972) y Amarcord (Amarcord, 1973), convirtiéndose en el único actor que ha trabajado en cuatro ocasiones consecutivas con el director italiano, de lo que se siente muy orgulloso al declarar: «Ni Mastroianni lo ha hecho».
Con su aspecto cómico, su escasa estatura (apenas 1,56m), su característica papada, ese aspecto de bonachón y sus típicas muecas se convirtió rápidamente, junto con actores como Lino Banfi o Renzo Montagnani, en el referente de un género que explosionó en los 70 y que duró pocos años: la comedía erótica italiana.
En 1974, Alvaro Vitali participó en la película Giovanna la incorruptible (La poliziotta, 1974) en la que tenía un famoso gag en el que no era capaz de apuntar con la mira de una pistola. Luciano Martino, productor del film, vio el potencial que tenía Vitali y empezó a introducirlo en algunas películas de su productora Diana Films, lo que le fue dando notoriedad. Sus participaciones en la famosa saga de La profesora y en las películas del ejército como La doctora del regimiento (La dottoressa del distretto militare, 1976) le permitieron trabajar con Lino Banfi, actor con el que formó una pareja cómica excepcional, con Renzo Montagnani, y desde luego, con todas las actrices que participaron en el género. De todas, su preferida es Edwige Fenech de la que dice que es «bellísima, simpática y dulce».
Aunque la participación de Alvaro Vitali se limitó en muchas películas a papeles secundarios, su popularidad creció hasta convertirse en un mito en los setenta, lo que le permitió conseguir el papel protagonista de una serie de películas inspiradas en las desventuras de un muchacho llamado Pierino (Jaimito en español), destacando títulos como Jaimito contra todos (Pierino contro tutti, 1981), Jaimito, médico del seguro (Pierino médico de la SAUB, 1981) y Jaimito no perdona (Pierino colpisce ancora, 1982), amén de muchas otras. Durante todos estos años, Vitali rodaba unas 4 ó 5 películas al año, según él «es que eran muy fáciles de rodar». En una entrevista llegó a afirmar que firmó contratos para realizar 4 ó 5 películas por 40 millones pero que no le permitían elegir ni el personaje ni el título de los films. Sin embargo, esta cantidad es muestra clara de la popularidad y el reconocimiento que alcanzó el actor.
La moda de la comedia erótica duró poco y con ella terminó la fama del actor, que actuó en 57 películas en veinte y cuatro años. El estreno de estas películas en España pasó sin pena ni gloria hasta que Telecinco comenzó a emitirlas de manera habitual en sus primeros años, haciéndose populares para toda una generación (yo todavía tengo en casa unos cuantas cintas VHS marca Basf compradas en el Continente con pelis de Vitali grabadas de Telecinco). El poco éxito de su estreno seguramente fue porque este género en España estaba explotadísimo ya por Esteso, Pajares y los hermanos Ozores.
En 1990 la tentativa de hacer resurgir el personaje con la película Pierino torna a scuola (Jaimito vuelve a la escuela) resultó un fracaso. De hecho, ni esta ni las dos películas de Jaimito siguientes fueron traducidas, ya que no lograron encontrar una distribuidora que las publicara.
Vitali pasó a trabajar para televisión haciendo imitaciones de personajes, destacando sus colaboraciones en el programa Striscia la noticia y su imitación del ex-jefe de Ferrari, Jean Todt. En 2006 participó en la tercera edición del reality La fattoria, pero, tras pocas semanas, tuvo que abandonarlo por el agravamiento de su asma, lo que le provocó una pulmonía. Vitali cree que «podría haber ganado ese reality».
Recientemente declaró en una entrevista que está planeando su vuelta con un nuevo guión que está escribiendo sobre un Jaimito más moderno.
Alvaro Vitali tiene un hijo fruto de un matrimonio que terminó en divorcio y actualmente comparte su vida con la cantante Stefania Corona.
magnifico actor comico referente a lo sexual, el tio era imparable contratenlo, otros sin ninguna gracia, salen en cualquier television
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