La profesora va al mar con toda la clase (1979)

La profesora va al mar con toda la clase (1979) Tit. orig.: L'insegnante al mare con tutta la classe Dir.: Michele Massimo Tarantini Int.: Alvaro Vitali, Lino Banfi, Anna Maria Rizzoli, Marco Gelardini, Francesca Romana Colucci Dur.: 88 min.

La profesora va al mar con toda la clase no es una de las mejores películas de la comedia erótica italiana pero tiene un no sé qué que me encanta. En el papel de guaperas tenemos a Marco Gelardini, que no hizo muchas películas, pero que participó en unas cuantas de éstas y no lo hacía mal del todo. En el papel de guapa tenemos a Anna Maria Rizzoli, que está buenísima y, por supuesto, tenemos a los grandes Alvaro Vitali y Lino Banfi, acompañados por dos habituales, Adriana Facchetti y Francesca Romana Colucci.

En esta, Marco Gelardini, que es hijo de Lino Banfi, suspende francés. Su padre para darle una lección, le quita el coche nuevo y le deja sin verano, pero después se le ocurre contratar a una profesora de francés, que vaya con ellos a un hotel que tienen en la playa, porque está muy buena y se la quiere beneficiar. Lino Banfi, que es algo así como concejal de urbanismo, se encuentra recién llegado al hotel con que le están haciendo una inspección en Roma y, como tiene un pufo de 500 millones, se ve con el agua al cuello. Alvaro Vitali, por su parte, es el botones del hotel, y se dedica en sus ratos libres a hacer agujeros en las cabinas de la playa para ver cómo se cambian las clientas. Anna Maria Rizzoli tiene también sus planes y pretende conseguir que Lino Banfi trabaje con su novio que es arquitecto. Al final se verán envueltos en una trama que acabará con Lino Banfi en la cárcel, Alvaro Vitali liado con la mujer de Banfi Francesca Romana Colucci, y por supuesto, el hijo de Banfi, Marco Gelardini, se quedará con Anna Maria Rizzoli.

La película tiene momentos graciosos como ver a Lino Banfi con la peluca naranja y la túnica y después a Vitali de la misma guisa, o el bañador tipo presidiario de Banfi. No es que la película sea un prodigio de la originalidad pero la trama es de las mejores que se han hecho en el género, que ya es mucho decir porque son todas iguales. Por ejemplo, la dirección da igual quien la lleve, siempre es lo mismo: Comienzo con unos planos aéreos de alguna ciudad de Italia, créditos en letra amarilla sin efectos, primeros planos de la chica en cuestión, … Nada nuevo. En resumen: te ríes con Banfi y Vitali (se nota cuando sólo sale uno porque se echa de menos al otro) y disfrutas de la guapísima Anna Maria Rizzoli. ¡Qué más se puede pedir!