Jaimito no perdona (1982)

Jaimito no perdona (1982) Tít. orig.: Pierino colpisce ancora Dir.: Marino Girolami Gui.: Gianfranco Clerici y Vincenzo Mannino Int.: Alvaro Vitali, Michella Miti, Enzo Liberti, Enzo Robutti Dur.: 90 min.

Por fin llegamos a una película en la que Alvaro Vitali es el protagonista. Jaimito no perdona se podría considerar la continuación de Jaimito contra todos (Pierino contra tutti, 1981) ya que hace algunas referencias a aquella. Para mí Jaimito no perdona es la mejor película de Alvaro Vitali porque es un no parar, es hora y media de película dando palos a diestro y siniestro, con muchos chistes de Jaimito (especialmente cuando están en clase) y momentos grandiosos del cine de humor.

La película comienza con Jaimito (Pierino en su versión italiana) con un brazo escayolado. Pronto descubrimos que el brazo es postizo y que lleva el brazo oculto debajo de la ropa, cosa que aprovecha para tocarle el culo a una mujer y defenderse diciendo: “Yo no he podido ser. No ve cómo llevo el brazo”.

Jaimito se enfrenta a los exámenes finales y entonces descubrimos el porqué del brazo escayolado. El brazo lleva un intercomunicador con el que Jaimito pretende que su abuelo le chive las respuestas del examen. El abuelo está estratégicamente situado en un parque con los libros en un carrito de bebé y un walkie-talkie por el que le dará las respuestas a Jaimito. Primera y única pregunta del examen: Napoleón Bonaparte. El abuelo empieza a dictar y todo va bien hasta que empieza a haber interferencias con un coche de la policía. Al final, lo que parecía que iba a ser un paseo triunfal se vuelve totalmente en contra de Jaimito. Os dejo el examen para que veáis que no tiene desperdicio.

Napoleón Bonaparte nació en Córcega. Se le considera uno de los más grandes generales de la historia. Debido a sus victorias se le considera un genio militar y por eso se le busca en todo el mundo, por gilipuertas y por tráfico de drogas duras. Planea colocar una bomba en el campeonato mundial de fútbol. Se hizo coronar emperador por el papa Pio VII junto con 20 fulanas, 15 maricas y 11 chorizos. Murió en Santa Elena y si se resiste han dado órdenes de acribillarlo.

La bromita le cuesta a Jaimito irse derechito a un internado no sin antes tocar un poquito los cojones en el trayecto en tren. Una vez en el internado, Jaimito será acosado por la gordísima hija del director, y se encontrará con una antigua profesora, la guapa Kiki. Hará unas cuantas gamberradas más, puteará un poquito al empollón de clase, con el que tendrá un combate de boxeo al más puro estilo Charlot, salvando las distancias, claro está, y, finalmente, se escapará del internado, volviendo a sembrar el terror en su barrio. A su vuelta a casa se producen unas cuantas situaciones graciosas como el timo del chino con las bolitas para adivinar o la que le hacen al policía.

Como digo, de lo mejor de Vitali. Yo me he hinchado a reír con esta peli y, aunque ya no me hace tanta gracia como cuando era pequeño, me sigue pareciendo genial. Por cierto, a los que habléis italiano, vedla en italiano. Ni sé cuántos comentarios he leído de italianos que se asombran de lo chillona que suena la voz de Vitali en español, y tienen toda la razón. A mí no me desagrada pero lo cierto es que en italiano suena mucho más fino, tanto, que casi podría llegar uno a creerse que Vitali sigue en el colegio con 30 años. Me dan ganas de aprender italiano sólo para ver estas películas en versión original. En fin, si queda alguien que no haya visto esta película y que le guste el humor fácil (no por ello tonto), que no dude en buscarla porque merece la pena.