La escena del mes XIV - Hellraiser

La escena de este mes es la fantástica resurrección de Frank en Hellraiser (Clive Barker, 1987).

Hellraiser es una película que me gusta mucho por varios motivos, pero especialmente dos: los efectos especiales a cargo de Bob Keen y su equipo y la música de Christopher Young. A esto hay que sumarle una muy buena historia y unas buenas actuaciones, de las que destacan Clare Higgins, la cachonda de Ashley Laurence y Andrew Robinson, al que recordaréis por su papel de Scorpio en Harry, el sucio (Dirty Harry, 1971).

Pero hoy sólo me voy a centrar en los efectos de la escena que habéis visto, ya que el proceso me pareció muy inteligente sobre algo que me parecía imposible sin usar animación por ordenador: que el cuerpo se esté reconstruyendo. En primer lugar hay varias máquinas que crean cada uno de los diferentes efectos que aparecen: una máquina mueve las tablas, otra saca los clavos, otra bombea esa masa viscosa que parece pegamento (aunque no lo parezca, según Bob Keen es uno de los efectos más difíciles ya que era especialmente espeso y pringoso) y una última máquina bombea la sangre que revive a Frank y que, sin embargo, parece que el suelo se la trague (son un par de segundos pero lamentablemente no se ve en el vídeo que os he puesto). Y ahí está la clave: bombea la sangre pero parece que se la trague, y esto es porque muchas partes de la escena están montadas al revés. Parece una cosa simple pero es una genialidad y todo el renacer de Frank se basa en este principio.

Lo que hicieron fue crear un modelo de cera y poco a poco lo fueron derritiendo con quemadores, pero al montarlo al revés parece que se esté reconstruyendo dejándonos imágenes tremendas de la caja torácica y el cráneo, realzado todo por la fantástica fotografía y, sobre todo, por la tremenda música de Young.

La foto que veis a la izquierda está sacada del Fangoria #67 y es un primer modelo que hicieron de la reconstrucción de Frank. Tanto Keen como el director Clive Barker coincidían en que no les gustaba ya que querían algo que tuviera un aspecto más viscoso, así que hicieron un segundo modelo que es el que finalmente se quedó en el film. Todo un acierto.

Hellraiser es una película original, entretenida, plagada de efectos especiales de alto nivel y con una banda sonora verdaderamente formidable. Es cierto que quizás flojea un poco al final pero el conjunto es magnífico, así que os la recomiendo sin reservas a los que no la hayáis visto.