El último boy scout (1991)

«…ahora en los 90 no puedes coger a un tío y partirle la cara, tienes que decirle primero algo chulo, ¿comprendes?» —Joe Hallenbeck.

La verdad, no me apetece escribir nada serio de esta película porque no se lo merece: sería un insulto. Si por mí fuera os pondría todas las frases cachondas de esta peli y ya, pero por si hay alguien que no la haya visto, voy a intentar venderle la moto.

Hallenbeck tras una noche de sexo loco con ardillas.

Shane Black escribió este guion sobre Joe Hallenbeck, un detective privado que se ve envuelto en una trama relacionada con las apuestas del fútbol americano y se lo vendió a la Warner por 1,75 millones de dólares. Black tenía una oferta de Carolco sobre la mesa de 2,25 millones, pero prefirió a la Warner porque le ofrecía la posibilidad de trabajar con Joel Silver, con el que ya había trabajado en Arma letal 1 y 2 y en Depredador. O esto es lo que dice él. Yo creo que en realidad debió ver cómo se evaporaba el dinero en Carolco en megasueldos, abogados y lo que podríamos denominar «hospitalidad exacerbada» y optó por lo seguro. Para que veáis cómo eran de derrochadores, Shane Black estableció un récord al vender este guion por 1,75 millones. Era el más caro hasta la fecha. Le duró 67 días. ¿Quién batió el récord? Carolco, claro. 3 millones de dólares le pagaron a Joe Eszterhas por el guion de Instinto básico. Se comenta también que Andrew Vajna y Mario Kassar a principios de los 90 se limpiaban el culo con billetes de 1.000$ y que esto pudo ser el detonante de la posterior quiebra, pero no se ha podido comprobar.

Volviendo a la película, la trama está bastante bien, hay alguna escena de acción lograda aunque todas son deliberadamente exageradas y tópicas y la dirección de Tony Scott a mí me gusta, a pesar de que tiene más detractores que seguidores. Pero es que todo esto da igual. Aquí la gracia está en que todos los personajes de la peli —todos— hacen gala de una afiladísima ironía. Todos tienen una gran frase para el momento justo y si no la tienen, te sueltan unas palabrotas y a tomar culo, hombre ya. Y por encima de todos, Bruce Willis: el más malote, el más chulo, el más gracioso, el más tirao… Fijaos que esto en teoría es una buddy movie, pero el colega de Willis, que es Damon Wayans, es destrozado en la primera escena que se juntan, por el prodigioso verbo de Willis y ya no se recupera. Yo creo que no hay una sola escena en la que Wayans quede por encima.

¿Pantalones de cuero?

Ahora me voy a poner serio —sólo un momento— para decir que Hallenbeck, el personaje de Bruce Willis, tiene un cierto toque de detective de cine negro de los 40. Es un tío que a pesar de ser un tirao, tiene unos fuertes valores y una tendencia a hacer lo correcto, aunque quizás no de la forma que debería, que parecen más propias de otra época.

Dicho esto, sale Halle Berry en uno de sus primeros papeles, sale un tío que dice que se cortaría tres dedos por follarse a Halle Berry, la hija de Bruce Willis dice más palabrotas que el padre, el tío que se cortaría tres dedos por follarse a Halle Berry se folla a la mujer de Willis y no se corta un pelo, todo el que toca a Hallenbeck muere, Damon Wayans informa a los guardespaldas del senador de que llevan un maletín lleno de fruta fresca, un académico de la lengua les da una paliza y el cielo es azul, el agua moja, las mujeres tienen secretos y ¿a quién le importa? Y ya no sé qué más contaros para convenceros de que veáis esta peli y os echéis unas risas.

¡Qué dolor de cabeza me da esta cría!

En serio, si no la habéis visto, vedla sin prejuicios y disfrutaréis de hora y media de escenas divertidísimas gracias a la exquisita pluma de Shane Black. ¡Mira que fino me ha quedado el final!