Solomon Kane (2009)

Solomon Kane (2009) Dir.: Michael J. Bassett Gui.: Michael J. Bassett Int.: James Purefoy, Max von Sydow, Pete Postlethwaite, Rachel Hard-Wood Dur.: 104 min.

Hace unas semanas vi esta película de Michael J. Bassett con muchas ganas y me resultó absolutamente insustancial. Ya no es que me gustara o no lo que han hecho con el personaje de Solomon Kane, es que me dio igual, y cuando una peli me deja tan indiferente procuro olvidarla de inmediato, pero el caso es que me dio por echar un vistazo por internet y descubrí, para mi estupor, que hay un montón de opiniones de gente que afirma que no está tan mal, que es entretenida o incluso algunos que la consideran una obra maestra. Y ante esto lo único que se me ocurre decir es: «¡Me quedo muerta, tía!».

Empecemos por el principio. Solomon Kane es un personaje creado por Robert E. Howard, escritor. No pintaba, no era ingeniero agrónomo, no ha estado nunca en la luna que se sepa y no hacía encaje de bolillos. Era escritor. Esto lo aclaro porque, por algún extraño motivo que no alcanzo a comprender, está muy extendida la idea de que muchos de los personajes que creó Howard son obra de alguien que dibujó un cómic unos años después o de alguien que hizo una película. No. Conan, Kull el Conquistador, Sonia la Roja, Solomon Kane,… Son todos personajes de Howard, a quien considero, dicho sea de paso, un magnífico escritor.

Pero el caso que nos ocupa hoy es el de Solomon Kane. Howard escribió 8 relatos cortos en los que aparece Solomon Kane (4 más inacabados) y que han sido recopilados por Valdemar en un volumen titulado Las extrañas aventuras de Solomon Kane, junto con La sombra del buitre, el único relato de Howard en el que aparece Sonia la Roja.

El Solomon Kane de Howard es un puritano que lucha contra el mal en cualquiera de sus formas, motivado por una insana necesidad de aventura y un desmedido afán por defender lo que considera justo, que no sabemos exactamente de dónde surge. De los aspectos que más me gustan de Solomon Kane destacaría dos: el hecho de que Howard nunca llegara a explicar de manera clara por qué Kane tiene esa acuciante necesidad de combatir el mal (no conocemos sus orígenes) y que sus aventuras están plagadas de elementos fantásticos como vampiros, fantasmas, magia y un retrato muy exótico, místico e inexacto de África.

Y todo esto se pierde en la película. En primer lugar, Bassett crea un origen para el personaje. Me sorprende decir que no me molestó; de hecho, creo que el comienzo de la película, en el que vemos a Kane convertido en un despiadado soldado a punto de tomar un castillo por el tesoro que esconde, es de lo mejor.

El prólogo es muy interesante y no hace presagiar lo malo que es el resto.

Tras el buen prólogo la película cae el más puro convencionalismo y transita por lugares comunes mil veces vistos —y de mejor manera— hasta llegar al bochornoso final, confirmando lo tópico de las escenas de acción, lo mal que quedan resueltas y que la estética de El señor de los anillos no es una simple coincidencia. El Balrog del final pudiera parecer el colmo de la falta de originalidad, pero la resolución de la situación es incluso peor.

Purefoy me gustó como Kane pero la película está plagada de cosas inverosímiles, como que después de atravesarte la mano con un clavo empuñes una espada como si nada.

El otro aspecto que más me desagradó de la película fue la escasez de elementos fantásticos y lo predecible y mal aprovechado de los pocos que había. Un ejemplo: el pueblo en el que sólo ha sobrevivido la niña pequeña al ataque de una bruja y que sólo le faltaba un cartel en la frente que dijera en mayúsculas «YO SOY LA BRUJA».

Dice Purefoy: «Ella es la bruja». ¡No jodas, no me lo esperaba!

Y otro ejemplo más: nos pasamos toda la película esperando la gran aparición de Malachi y sólo con verle ya sabes que te va a decepcionar. Y lo hace como el resto de la película.

Le han escrito el guion en la cara a Malachi y aún sobra sitio para la segunda parte.

En resumen, Solomon Kane es una película con alguna que otra buena idea, absolutamente desaprovechada por lo malo que es el guion y por lo malas que son las escenas de acción. Decepcionante.